La historia del anime: orígenes de la animación japonesa
No se puede hablar de la historia de la animación sin hacer mención a la historia del anime. Si bien la animación japonesa logra expandirse por todo el mundo en los años 80 a partir de series como Los Caballeros del Zodiaco, Candy Candy o Dragon Ball, sus orígenes son más complejos.
La industrialización del manga (cómic o historieta de origen japonés) se da luego de la Segunda Guerra Mundial, en un momento en el que el país requería alguna especie de “distracción” tras perder la guerra.
Osamu Tezuka, apodado el Dios del manga, fue el que contribuyó más en el desarrollo de la industria de animación japonesa. Influenciado por los fotogramas y el cine de Walt Disney, su dibujo evitaba la rigidez de las imágenes estáticas al emplear secuencias de viñetas animadas. Esta técnica otorgaba mayor movimiento y fluidez a sus personajes.
Años después, Tezuka crearía la serie animada Astro Boy intentando aplicar la misma técnica que, a día de hoy, es la base de una de las industrias de mayor peso económico y cultural en Japón.
En los orígenes de la historia del anime, destaca el Estudio de Animación Toei, responsable de títulos como Sailor Moon, Digimon, Dragon Ball, One Piece y muchos más.
Para ellos, los antecedentes en la animación de Disney fueron una gran influencia y modelo a seguir. Piensa que Goku no existiría si su creador no se hubiera enamorado de Los 101 Dálmatas. ¡Punto para Mickey!
El primer largometraje animado a color de los Estudios Toei fue Hakujaden (1958), conocida en español como la Leyenda de la serpiente blanca. Si bien empleaba técnicas de animación de Occidente, la historia contaba un clásico de la cultura nipona.